Por Julio Cordero, secretario de Trabajo de la Nación
En la reciente Asamblea de la Organización Internacional del Trabajo, tuve la oportunidad de exponer las necesidades y desafíos que enfrenta Argentina en el ámbito laboral. Hoy quiero compartir con ustedes, la visión y las propuestas que considero esenciales para la recuperación y el fortalecimiento de nuestro país.
Es urgente de recuperar el diálogo social en Argentina. La crisis económica y social que atravesamos no sólo afecta a los trabajadores y a las empresas, sino que también erosiona la confianza en nuestras instituciones. Es imprescindible reconstruir esta confianza a través de un diálogo social genuino y participativo, que incluya a todos los actores involucrados.
Para lograr este objetivo, es fundamental salir del estado corporativo y fomentar la iniciativa privada. La creación de riqueza debe estar en el centro de nuestras políticas, permitiendo que la inversión y el desarrollo productivo florezcan. El Estado, en lugar de intervenir de manera excesiva, debe actuar como facilitador, creando un entorno favorable para los emprendimientos y la innovación.
Otro pilar esencial es la modernización de nuestras fuerzas laborales. Enfrentamos un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, y es imperativo que nuestros trabajadores estén capacitados para enfrentar estos cambios. La educación y la formación profesional deben ser ejes sustanciales en nuestras políticas. Debemos considerar la educación como un nuevo principio protectorio, dotando a nuestros ciudadanos de las herramientas necesarias para prosperar en un entorno laboral cada vez más tecnológico.
![Julio Cordero](https://www.idea.org.ar/wp-content/uploads/2024/07/news3_nota_julio_cordero_02.jpg)
La informalidad laboral es otro gran desafío. Necesitamos un compromiso firme para combatirla, pero siempre dentro de un marco de razonabilidad. Es crucial reconstruir la capacidad de contratar y ser contratado, lo que implica una reforma laboral que promueva la empleabilidad y garantice condiciones de trabajo dignas y productivas.
La estabilidad económica es un valor inescindible del nuevo contrato social que propongo. Sin crecimiento económico, no hay posibilidad de trabajo digno y productivo. Los salarios han mostrado una mejora relativa; necesitamos consolidar esta tendencia a través de políticas que fomenten el crecimiento sostenible y la inclusión laboral.
La protección social debe ser vista como un camino transitorio hacia la plena empleabilidad. Un sistema de protección eficaz permitirá a los trabajadores integrarse al sistema productivo de manera formal, garantizando así sus derechos y promoviendo un modelo de inclusión laboral.
Finalmente, para implementar todas estas iniciativas, es esencial contar con un consenso político amplio. El diálogo social debe ser institucionalizado y participativo, facilitando grandes acuerdos y negociaciones colectivas. El Estado, por su parte, debe jugar un rol reglamentario en la implementación de estas políticas, asegurando que todas las voces sean escuchadas y consideradas.
La coordinación entre diversas áreas del gobierno, como Economía, Producción, Educación, Desarrollo Social y Ciencia y Tecnología, será crucial para el éxito de este nuevo contrato social. Estamos en un proceso de consulta con otros países y con la OIT para aprender de sus experiencias y aplicar las mejores prácticas en Argentina.
Recuperar el diálogo social no es sólo una necesidad, es una urgencia. Las empresas, los trabajadores y el gobierno deben trabajar juntos para construir un futuro más justo y próspero. Confío en que, con el compromiso de todos, podremos superar los desafíos actuales y sentar las bases para una Argentina más inclusiva y equitativa.
Invito a todos los dirigentes de empresa a sumarse a este esfuerzo, a abrir espacios de diálogo y a colaborar en la creación de políticas que beneficien a toda la sociedad. Solo juntos podremos construir el país que todos deseamos y merecemos.