Por Santiago Bulat, economista jefe de IDEA y socio de Invecq Consulting
La economía argentina está intentando transitar este puente a la estabilidad. Su principal ancla es la fiscal, en la cual ya han mostrado dos meses consecutivos de superávit financiero, tras darse a conocer (de forma adelantada) el resultado del mes de febrero en donde el Sector Público Nacional (SPN) registró un superávit financiero de $338.112 millones, acumulando un superávit luego del pago de intereses de casi 0,2% del PIB en el primer bimestre del 2024.
A su vez, la inflación de febrero fue 13,2% m/m (276,2% i.a.). La suba de precios fue menor a la esperada por los privados (las proyecciones rondaban el 15%-16%), y marcó una fuerte desaceleración frente al guarismo de enero (-7,4 pp). En relación con las distintas categorías, Regulados volvió a ser la de mayor incremento mensual (26,6%), seguida por IPC Núcleo (12,3%) y Estacionales (8,7%); lo cual no sorprende: apenas asumido, el Gobierno empezó a corregir la estructura de precios relativos -condición necesaria para el éxito de un eventual plan de estabilización-, ajustando ciertos rubros que se encontraban muy atrasados.
Sin embargo, esta no fue la única noticia. La semana financiera llegó cargada de novedades desde el Banco Central, el Tesoro Nacional y, de manera indirecta, desde la propia política con el rechazo del DNU por parte de la Cámara alta. En primer lugar, el Banco Central tomó una medida poco esperada por el mercado, que fue la reducción de la tasa de interés de referencia (pases) desde 100% a 80% de TNA.
A su vez, se eliminó la tasa mínima de plazos fijos que los bancos debían asegurarle a sus usuarios, que pasó del 110% a oscilar entre 70% y 75% de TNA. La lógica detrás de este movimiento, según propias definiciones de las autoridades, es el impacto en la reducción del déficit cuasifiscal del Banco Central, dado que implica una baja de la tasa efectiva mensual de pases desde 8,6% TEM a 6,8% TEM y, por lo tanto, una reducción de la emisión monetaria endógena (por intereses de pases) en torno a AR $530.000 millones por mes.
«Los primeros indicadores de actividad económica de inicios del año dan cuenta de una contracción económica profunda»
Con todo, también fue una decisión que estuvo coordinada con el Tesoro Nacional, que había anunciado la licitación del famoso canje de títulos de corto plazo para remover la pared de vencimientos hacia años posteriores, con la intención de desplazar colocaciones en el BCRA hacia tenencias del Tesoro. Los resultados no fueron tan auspiciosos, dado que el sector público iba a entrar al canje de cualquier manera.
La Secretaría de Finanzas anunció que el canje tuvo una aceptación del 77% sobre el total de vencimientos de los títulos que vencían en 2024 y de esta manera se despejaron AR $42,6 billones, de un total de AR $55,3 billones. De este total, el sector privado canjeó el 17,5% de sus tenencias. Todas estas noticias llevaron a que los bonos siguieran mejorando sus cotizaciones pese a la incertidumbre sobre la sostenibilidad del programa.
Los buenos resultados financieros, sin embargo, se disocian de lo que está pasando en la actividad económica. La acumulación de más de US$ 10.000 millones por parte del Banco Central se explican principalmente por el bajo pago de importaciones, en donde el devengado sigue siendo ampliamente mayor a los pagos ejecutados, lo que se traduce en un crecimiento de la deuda de las empresas.
A su vez, los primeros indicadores de actividad económica de inicios del año dan cuenta de una contracción económica profunda y heterogénea. No solamente teniendo en cuenta el impacto en salarios, que se retrotrajeron al año 2004, sino con segmentos ligados a la construcción (-22% acumulado), patentamiento de autos (-27%) y de motos (-16%) y también el índice de ventas minoristas que cayó 27%. A su vez, la recaudación tributaria cayó 14,7% acumulado, afectado principalmente por la baja de impuestos relacionados al consumo como el IVA o las contribuciones patronales.
Es muy importante para el éxito del programa lograr consolidar la estabilidad y que la baja de la inflación se concrete, logrando que sectores que han comenzado muy mal el año, encuentren piso en los próximos meses y vuelvan a la curva ascendente.