50º COLOQUIO ANUAL DE IDEA / Viernes 24 de octubre de 2014
Mónica Pinto
Especialista dijo que las empresas desempeñan un “rol clave” en la defensa de los derechos humanos
Las empresas juegan un rol clave en la defensa de los derechos humanos y la incorporación de la responsabilidad social contribuye no sólo a mejorar el medio ambiente, sino a combatir males como el trabajo esclavo y el infantil, entre otros flagelos, sostuvo la decana de la Facultad de Derecho de la UBA, Mónica Pinto, al hablar ante más de un millar de empresarios en el 50 Coloquio Anual de IDEA.
Pinto sostuvo que el Estado “puede transformarse y pasar de disponer de las personas a discreción por otro que las proteja, y respete la libertad de todas las personas”.
Señaló que “la responsabilidad social empresaria tiende a incorporar a la política de la empresa al manejo de las cuestiones sociales”.
“Las empresas tienen un papel que jugar en la protección de los derechos humanos, hace unos 25 años muchos países occidentales y desarrollados empiezan a tener matices sobre si los Estados cumplen o no las políticas de derechos humanos, y se producen transformaciones clave”, explicó.
Incluso, señaló que “algunas empresas quedaron desfasadas respecto de las políticas que estaban llevando sus propios Estados”.
Puso como ejemplo a la compañía de calzados Reebok, que “descubrió que sus pelotas de soccer eran confeccionadas por niños paquistaníes de 12 años, y decide poner una planta en Pakistán bajo sus estándares de control y coloca una leyenda en sus productos en los cuales aclara que no fueron elaborados por menores”.
Pinto explicó que a partir de experiencias de este tipo un grupo de empresas adoptan una Código de Conducta voluntario, a lo cual se suma que en los `90 la ONU “les propone contribuir a la defensa de derechos humanos básicos, y les pide contribuir para que no haya trabajo infantil, ni forzoso, ser amigables con el medio y ayudar en la lucha contra la corrupción”.
Pinto consideró que de esta forma se intentó “avanzar hacia una economía sustentable y principios y valores compartidos”.
“Las empresas tienen la obligación de evitar intervenir en situaciones que puedan dar lugar a violaciones de derechos humanos y hacerse cargo de las consecuencias”, sostuvo esta especialista en Derecho.
Consideró que el Estado y los grupos empresariales “deberían confluir para dar más lugar a las vías de reclamo. Así se fortalece el Estado de Derecho, la participación democrática, la transparencia, porque la democracia no viene en el Código genético de las personas, es una adquisición cultural”.
“Votamos a quienes queremos que nos represente, pero todos podemos contribuir con una dosis decisiva en que estos derechos puedan ser mejor protegidos para todos”, señaló la decana de la Facultad de Derecho de la UBA.