50º COLOQUIO ANUAL DE IDEA / Miércoles 22 de octubre de 2014
Hernando de Soto
Economista aludió al caso argentino y advirtió que "sólo con asistencialismo no se logra la inclusión social"
El economista peruano Hernando de Soto advirtió que el asistencialismo puede ser una buena receta en el primer tramo de gestión pero alertó que sólo con esa estrategia "no se logra la inclusión social", al ser consultado sobre las políticas sociales en la Argentina, antes de disertar en la inauguración del 50 Coloquio Anual de IDEA que arrancó en Mar del Plata.
"El asistencialismo es una buena receta en el primer tramo de una gestión pero con eso sólo no se logra la inclusión social", señaló De Soto en conferencia de prensa, y consideró que "el principal problema de un país es no saber quién es quién, es necesario una recategorización, y allí la OIT sostiene que en la Argentina hasta un 50% de la población se encuentra en situación de informalidad, pero esta definición no tiene en cuenta los nuevos tipos de emprendimientos que tiene la sociedad".
"El 90% está administrando sus activos y hay que dejarlos entrar, esto es parte de la revolución que se está produciendo", aseguró De Soto, luego de comparar la situación de América Latina con lo sucedido en la Revolución Industrial europea.
Incluso, propuso que los gobiernos impulsen el crédito también para quienes se desempeñan en la economía informal, como "cartoneros y vendedores callejeros", como forma de mejorar la equidad y también contribuir a combatir el delito.
De Soto es un experimentado economista que asesoró a más de 30 países y que ya ha realizado en la Argentina hace cinco años un trabajo sobre la informalidad laboral y social por pedido del Banco Interamericano de Desarrollo.
Durante una conferencia de prensa brindada antes de inaugurar el 50 Coloquio Anual de IDEA, De Soto coincidió con datos sobre la informalidad en la Argentina presentados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que la ubican en el 46,8%.
Pero a la vez planteó la existencia de una posición diferente para estos "trabajadores" que merece ser atendida por los gobiernos.
Según De Soto, esta informalidad del trabajo en la Argentina incluye a muchas personas que tiene otra actividad (como cartoneros, recicladores o vendedores callejeros, entre otros), que generan "capital" y con la "debida atención podrían acceder a la nómina de trabajadores oficiales y así obtener el créditos".
"Nos hemos quedado en la categoría europea de empleado-empleador, y existe una tercera categoría, gente que ha comenzado a tener capital pero no se encuentra en el mercado formal", agregó.
Según su experiencia de trabajo y estudios en muchos países del mundo, De Soto sostuvo la existencia de una "tercera posición" para estos llamados trabajadores informales que rompe el esquema de "empleado y empleador", que se sostiene con claridad en economías de primer mundo como las de Europa, Estados Unidos y Japón.
El titular de la Fundación Progreso y Libertad dijo que parte de esta población que no figura en la formalidad laboral "son quienes reclaman ser atendidos e ingresar a un estado laboral diferente a partir de su producción de capital, y que si no se lo resuelve, se pueden poner violentos, como ha pasado en la primavera de Asía hace unos años".