Hay 12 millones de pobres en la Argentina y casi 5 millones de trabajadores están en la informalidad
El ex viceministro de Desarrollo Social bonaerense Daniel Arroyo sostuvo hoy que la Argentina enfrenta un “agotamiento de un ciclo de políticas sociales”, porque en la actualidad una de cuatro personas sigue en la pobreza.
“Debemos ir hacia una segunda generación de planes sociales, con una integración entre el trabajo y el sistema educativo”, dijo Arroyo, quien resumió esa estrategia en la frase “Dar pescado, enseñar a pescar y garantizar que haya peces en la laguna”.
Al hablar en el panel sobre “Integración social”, en el marco del 49 Coloquio Anual de IDEA, Arroyo consideró que entre los desafíos que enfrenta la Argentina figuran los casi 5 millones de personas que están en la informalidad.
Sobre la situación de los jóvenes, dijo que “el problema central es la inclusión de los 900 mil jóvenes de 16 a 24 años que no trabajan ni estudian”.
Arroyo cuestionó que el 70 por ciento del gasto e inversión social esté concentrado a nivel nacional”.
Señaló también que hay muchos problemas en la escuela secundaria, con un 40% de deserción”.
Alertó, además, que el “hacinamiento y las adicciones son otros de los problemas sociales”, con un 70 por ciento de la gente viviendo en ciudades de más de 100 mil habitantes”.
“En la Argentina hay grupos viviendo a dos velocidades, con un sector que trabaja en relación de dependencia y puede planificar, y otro que vive de changas y en el día a día”, sostuvo Arroyo.
En la Argentina hay 4 millones de personas son cuentapropistas y su principal problema es la falta de crédito, explicó Arroyo.
Explicó que “no se reduce la pobreza si no se masifica el crédito para máquinas, herramientas, insumos y bienes de capital, entre otros”.
Propuso crear un fondo de 9.000 millones de pesos anuales para atender las necesidades de los emprendedores y dar incentivos fiscales para empresas que toman jóvenes para el primer empleo.
Propuso, además, crear una red de tutores (maestra, cura, club de barrio) para sostener el ritmo, el método, ya que vamos por la tercera generación que no estudia ni trabaja.
Arroyo cuestionó que de los 48.000 millones de pesos anuales que el Estado destina a planes sociales, el 70 por ciento esté en manos del poder central.
Consideró que parte de esos fondos debería estar en manos de las provincias, los municipios y 80 mil ONG.
“La Argentina tiene que ir hacia un sistema de empalme, a medida que la persona que va trabajando de a poco se le va retirando el plan social”, planteó Arroyo.
Propuso impulsar un “sistema Dual en la Argentina, que en los dos últimos años se vaya a un sistema de pasantías para construir cultura del trabajo”.
Dijo que “un punto crítico se da cuando un pibe está hacinado, en la esquina empieza a consumir, paco u otras drogas, porque hoy el que no consume no se integra, y cuando consume adeuda plata, y luego los obligan a cometer delitos”.