Xavier Sala i Martin aseguró que quien no sea capaz de adaptarse, “se va a extinguir”
El profesor de Economía de la Universidad de Columbia y ex presidente de la Comisión Económica del Club Barcelona, Xavier Sala i Martín, planteó que “la innovación y la educación” son dos ejes centrales para establecer políticas de crecimiento, en un contexto de cambio por la irrupción de la crisis global y de nuevos actores en el mercado laboral.
Durante la cena de apertura del 47° Coloquio Anual de Idea, Sala i Martín consideró necesario apostar a “nuevas maneras de crear, administrar y adaptarse” a la realidad, y apuntó que el gran desafío para la Argentina de los próximos años es “sentar las bases para ser competitiva en un mundo sin soja” o con precios desfavorables en el comercio de ese cereal.
El economista español, que reflexionó acerca de la economía global y los desafíos que vienen, en una charla moderada por Carlos Tramutola, puso como ejemplo el caso de Irlanda, que mantuvo “su gran mano de obra cualificada y mantuvo impuestos de capital bajos, y fue el primer país que salió de la crisis”.
También comparó la necesidad de que avance en nuevas formas de producción con el efecto de un “meteorito” como el que cambió la vida hace 65 millones de años.
“En ese momento, los mamíferos que sobrevivieron, supieron adaptarse. Tenemos otro gran meteorito: hay 4 mil millones de ciudadanos asiáticos que están entrando al mercado laboral, que se pasan por el forro los estándares que definimos los occidentales”, remarcó.
Planteó entonces que los trabajadores asiáticos tienen “un hábito de trabajo extraordinario, con niveles educativos extraordinarios, que empezaron haciendo textiles baratos de mala calidad y ahora lo hacen mejor y más rápido que nosotros”.
“Para el mundo occidental que dominó el planeta, todo lo que funcionaba, deja de funcionar. Y quien no sea capaz de adaptarse a ese enorme meteorito se va a extinguir. Este meteorito que nos esta cayendo es el de 4 mil millones de trabajadores a un cuarto de salarios, más preparados con quienes no podemos competir como lo hacíamos ahora y no hay más alternativa que hacer cosas nuevas”, sostuvo.
Puso como ejemplo ideas innovadoras como la de Nestlé, ya que en un país donde no se produce “un solo grano de café introdujo la idea del nespresso; o el invento de la ropa pret-a-porter, cuando la vestimenta se hace desde hace cuarenta mil años; o la empresa Zara, que en lugar de producir millones de unidades, produce pocas, y da la sensación de exclusividad”.
Y también el caso de Steve Jobs que creó para Apple el sistema I Tunes, cuando “resucitó una industria que estaba muerta como consecuencia de la creación de Napster” que permitía bajar música en forma gratuita.
Sala i Martín destacó que la mayoría de las ideas innovadoras provienen de trabajadores, otra gran parte de la causalidad, y planteó la necesidad de enfocar la educación de los niños hacia las ideas creativas, y puso como ejemplo que los docentes deben permitir la opinión crítica y el desarrollo de nuevas ideas.
“Para tener una economía competitiva e innovadora se necesita educación y que la gente de la calle sean capaces de crear ideas”, puntualizó.
Acerca de la situación global, Sala i Martín sostuvo que no se puede hablar ya de una única Europa sino que hay “varias, y en particular una del norte y otra del sur, que es una demostración de que se ha diseñado mal el euro, que se hizo la vista gorda con Grecia, y hoy se paga el no haber diagnosticado bien la crisis, que fue tomada como si fuera de demanda cuando era de exceso de deuda”.
“Las soluciones que debe adoptar Europa, no se toman por temas políticos. Los stress test fueron una farsa, hubo un show en Eslovaquia; se está utilizando la crisis de manera aberrante y, en el caso de España, encuentra a un gobierno inactivo y una oposición que no habla porque sabe que va a ganar”, juzgó.
El economista planteó que “los políticos deben decir qué países son insolventes, como Grecia, y qué países no como España, pero corre peligro de serlo si se dispara el pánico”, al tiempo que remarcó que “mientras tanto, no se discute el problema de fondo, que es el crecimiento”.
“Tanto hablar de recortes y déficit fiscales, que se olvida el problema de fondo que es el crecimiento. Porque si España creciera al 7 %, nadie se preocuparía por la deuda. Entonces, retomaría lo que dijo Bill Clinton para decir ya no ´Es la economía, estúpido´ sino ´Es el crecimiento, estúpido´”, reflexionó.