47° COLOQUIO ANUAL DE IDEA
JUEVES 13 DE OCTUBRE
Cena
Sergio Marchionne
Se dice que los seres humanos no pueden vivir ni siquiera cuatro segundos sin esperanza.
La incertidumbre de la economía global es un riesgo a dominar.
Fabricamos autos y si esperan algún tipo de receta mágica, yo soy industrial y les puedo dar la perspectiva de alguien que dirige una multinacional que tiene 190 mil personas.
Hay dos amenazas: el espectro de la recesión en América del Norte y el fantasma de la deuda soberana en Europa.
La verdad del asunto es que la situación es incierta bajo todo punto de vista. Hay realineamiento de la economía mundial, con transferencia de poder de los países avanzados hacia los emergentes, con China y el resto de los BRICS a la cabeza.
¿Vamos hacia una segunda recesión? No adhiero a los escenarios más pesimistas.
En los Estados Unidos, el impulso de la FED sigue su curso y vemos siempre a ese país caerse y levantarse. No tengo dudas de que trabajarán para salir.
Lo que hay que saber es si este nuevo escenario será la nueva normalidad de los países emergentes y si esto será permanente.
La prioridad actual de los países europeos es resolver sus propias desgracias, con un proceso de toma de decisiones que está en permanente lucha contra los intereses nacionales.
La crisis griega pone a Europa a decidir si están decididos a sostener una unión fiscal y otra política.
La respuesta general aún no está clara, salvo en el caso de Alemania que sigue siendo el país más confiable.
Las consecuencias de un default griego son demasiado peligrosas. Si se le permite fallar, la estabilidad de los demás países sería más precaria.
La preocupación principal de los inversores no es si tal o cuál país puede pagar la deuda, sino si puede volver a crecer.
La verdadera preocupación es el panorama de la economía real.
El proteccionismo puede parecer legítimo, pero es regresivo. Tiene éxitos a corto plazo, pero a largo es distorsivo.
Una devaluación puede ser un medio para sumar una ventaja competitiva injusta que, además, puede encender réplicas.
La globalización y el fenómeno que va con ella nunca fueron criaturas sin rostro.
Algunos expertos dudan que América latina tenga un rol definido en materia productiva. Yo estoy convencido que puede lograrlo en materia industrial y puedo decir que en el sector automotriz hay eficiencia.
Sus países tienen grandes oportunidades porque crecen y porque las commodities tienen buenos precios.
En la región siempre está latente la amenaza de la inflación, como en la Argentina y Venezuela.
Las revueltas de la Primavera árabe, las protestas en Londres, Madrid, Atenas y ahora Nueva York demuestran que hay exigencias.
La brecha entre ricos y pobres se ha convertido en un abismo y esto llama a observar la responsabilidad moral.
Hace unos años, Nelson Mandela se preguntó en Davos: “¿esta globalización es para beneficiar a los banqueros o a los pobres?”
Sus palabras sirven como un recordatorio para el mundo.
El rol de los gobiernos es crucial y las decisiones que ellos tomen será lo que le dejemos a las generaciones futuras.
Creo que cerrar los ojos y pensar que como no tenemos solución es problema de otros, eso nos compromete.
VIERNES 14 DE OCTUBRE
¿Cómo lograr una articulación público-privada eficaz?
Alberto Arizu
Wines of Argentina (WofA) es una asociación civil sin fines de lucro integrada por 213 asociados para la promoción de los vinos argentinos en los mercados externos y cuya misión es contribuir al éxito de la industria vitivinícola. Representa 95% del total exportado y es la unidad ejecutora de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), que administra la marca-país en este rubro.
Cuando la creamos, en 1993, nos unía el espanto. Habíamos llegado a la Feria de Londres (la más importante del mundo) y uno de los principales compradores nos preguntó si la Argentina elaboraba vinos, ¡pese a que somos el 5° productor mundial!
A comienzos de los ‘90 la Argentina prácticamente no exportaba vinos y en 1995 el monto apenas llegaba a 11 millones de dólares. Tampoco conocíamos bien los mercados externos a los que debíamos orientarnos.
Logramos consensos sentándonos a una misma mesa los productores de distintos tamaños y provincias, junto con el Estado. En 1995 firmamos con la Cancillería argentina el Acuerdo para la Promoción de Vinos Finos Argentinos en el Exterior y en 1999 se crea el fondo específico (con el aporte de los propios productores) para promoverlos en los EE.UU. y el Reino Unido.
Hoy, WofA tiene 5 oficinas permanentes en el mundo, abrirá próximamente una sexta en China y tiene presencia en 70 países a través de 350 actividades que se realizan anualmente. Una vez por día estamos en contacto con algún mercado del mundo, incluyendo el “Día Mundial del Malbec”, que se instituyó el 17 de abril.
El Estado cumple una función de apoyo importante. Hay 12 organismos públicos nacionales y provinciales (más la Corporación Andina de Fomento), que brindan soporte a las actividades socios y no socios.
Entre 2000 y 2004 toda la industria acordó los lineamientos del Plan Estratégico Vitivinícola 2020 (PEVI), que fue sancionado por ley y que prevé llegar para entonces a ventas internas y externas por 2.000 millones de dólares (objetivo ya superado) y al 10% de las exportaciones mundiales (en 2001 la participación era de sólo 1% y ya alcanza a 5%).
Sentados a la misma mesa todos los integrantes de la cadena, más dos gobiernos provinciales y organismos nacionales (como el INV y el INTA), los resultados son muy auspiciosos.
Las exportaciones de vinos fraccionados pasaron de 109 millones de dólares (en 2002) a 695 millones (en 2010). Se prevé llegar este año a 770 millones, para alcanzar los 1.100 millones en 2014 y los 1.500 en 2020. Los principales destinos son los países de América (encabezados por EE.UU. y Canadá), de Europa y de Asia.
Hoy la Argentina es un jugador importante en el mercado mundial y ello requiere de otro tipo de infraestructura. Nuestro principal desafío reside en mejorar el leverage entre organismos públicos y privados y alinear los recursos disponibles hacia una estrategia única.
Rubén Cortina
La historia de los últimos años en el mundo y en la Argentina nos ha obligado a abandonar las posiciones extremas, según las cuales todo lo debe hacer el Estado, o todo lo debe hacer el mercado.
Quienes recurrieron a posturas fanáticas, olvidan que el mercado es una institución que tiene 2.000 años.
A nosotros como sindicalistas la articulación público-privada nos interesa mucho, porque hay que mejorar el sistema de relaciones den trabajo y adaptarlo a la nueva realidad tecnológica.
El Estado debe ser articulador, ayudando al mercado a promover la productividad y la competitividad.
Para nosotros no hay sindicato sin negociación colectiva. No adscribimos a la idea de que sólo hay que tener presencia en la calle.
Pretendemos que los trabajadores se incorporen a la cultura de la empresa y que la empresa comprenda que ese avance requiere de contrapartida. El Estado debe participar de ese proceso.
Es muy importante además avanzar en la integración de cadenas productivas a nivel regional y del Mercosur; e, incluso, coordinar la negociación colectiva retomando el antecedente de empresas de retail chilenas que han expandido sus negocios a la Argentina y otros países latinoamericanos. Aquí debería haber una presencia multifacética del Estado y no sólo del Ministerio de Trabajo.
También es fundamental el tema educativo. En la Federación de Empleados de Comercio siempre buscamos vincular nuestras escuelas con la formación laboral. No podríamos trasladar el sistema dual que aplica Alemania, pero sí incorporar a los convenios colectivos mecanismos concertados de capacitación laboral.
El Estado debe avanzar además en la concertación de un diálogo social y promover la interacción de empresarios y sindicalistas en el ámbito del Mercosur. No se trata de mejorar sólo la competitividad de la empresa, sino de la sociedad y del país.
Daniel Funes de Rioja
Quienes representamos al sector empresario tenemos un rol que cumplir en la sociedad. No travestirnos con la política, sino cumplir nuestro rol como empresarios y dirigentes.
Los roles de empresarios y políticos son diferentes. Este Coloquio me gusta mucho porque escuchamos a empresarios importantes que no hablan como gurúes.
En la tarea de definir a dónde queremos ir y cómo llegar, el Estado tiene un rol central que cumplir a través de la articulación público-privada.
Cuando hay un proceso de diálogo social y concertación, las cosas se facilitan. Incluso estos mecanismos pueden institucionalizarse, como ocurre en muchos países.
Aún los países más previsibles hoy le tienen miedo a lo imprevisible.
En los 20 países más ricos del mundo, el desempleo pasó de 5,7% en 2007 a 6,2% en 2010. Sólo en Europa saltó de 5,8 a 8,8%, mientras el desempleo juvenil supera 10%, con extremos de 20% en España.
Estamos en un proceso agudo no sólo de desempleo, sino de no creación de nuevos empleos.
El empleo temporario no les gusta a los sindicalistas, pero en Alemania fue un buen instrumento en el pasado.
En el G20 hay países hay países con baja informalidad laboral, pero otros latinoamericanos o India, con niveles de 35 a 80%. Hay que ocuparse de quienes están fuera del mercado laboral.
No se puede ser un país desarrollados con niveles de 30/35% de informalidad laboral. No hay tampoco trabajo decente sin empresas decentes y sustentables.
Hay 80 millones de jóvenes sin empleo en los países del G20 más España. El G20 es el único espacio en la estructura internacional donde puede debatirse este problema. La crisis mundial afecta especialmente al empleo y debe aprovecharse para debatir una agenda empresaria en la que se busque recrear la confianza para nuevas inversiones y evitar el aumento de costos laborales con rigideces innecesarias.
Es fundamental que el desempleo juvenil tenga un abordaje serio, ya que por sus implicancias puede tornar inviable la cohesión social y política de muchos países.
No podemos saber si habrá recesión en el mundo, pero sí podemos prepararnos para prevenir sus efectos.
Ernesto Schargrodsky
En el mercado de vivienda social es imprescindible la articulación público-privada.
En este sector hay desafíos pendientes porque existe un faltante de, al menos, 2 millones de viviendas.
Como en el Parque Indoamericano o en Jujuy, esta situación genera una alta conflictividad social.
Lo que aparece inmediatamente es la necesidad de intervención estatal.
Hay fallas del mercado hacia quienes necesitan las viviendas, ya que en general no tienen crédito ni instrumentos de ahorro y son indocumentados.
Y también externalidades negativas que surgen de la inseguridad, de la guerra de pobres contra pobres o del impacto de valuación de las casas vecinas.
La solución puramente estatal tiene límites presupuestarios, pero además el contrapeso del clientelismo y la falta de incentivos al esfuerzo privado.
Hay un San Francisco Solano hay un ejemplo espontáneo del esfuerzo público-privado. Es una población extremadamente humilde y un grupo recibió títulos de propiedad de los lotes y otros no.
Se trató de armar el barrio con delimitación de calles y manzanas para salir de la lógica de las villas, pero la verdadera diferencia está en si los habitantes de las casas tienen o no tienen sus títulos de propiedad.
Desde lo constructivo, la diferencia de calidad de las casas la hemos medido en un 37% mejor para la población titulada.
Las familias con títulos tienen menos miembros, debido a la menor presencia de familiares no nucleares y menos fertilidad, incluidos menos cantidad de embarazos adolescentes.
Los chicos de estas familias tienen mayor peso para la misma altura y además alcanzan grados escolares más altos para su edad y un mayor porcentaje de finalización del secundario y de comienzo de estudios terciarios y universitarios.
Esta situación promete mayores ingresos laborales de la segunda generación.
Los titulados creen que se puede tener éxito en la vida como resultado del esfuerzo individual.
Sus creencias son más compatibles con una economía de mercado que las de los no titulados.
Las casas pasaron a ser el principal instrumento de ahorro y se desarrolló un mercado de hipotecas, alquileres y compraventas, aunque los costos de transacción legales son muy altos para estas familias.
El Estado primero aportó el lote y las familias hicieron el esfuerzo económico para la construcción y es un buen ejemplo. Aquí, el mercado necesita Estado
Es una herramienta más inclusiva, más transparente, menos clientelista y más justa para el resto de la sociedad.
La política pública es un proceso social de ensayo y error.
Las universidades pueden proveer evaluaciones independientes y transparentes del impacto de las políticas públicas.
Estas evaluaciones de impacto deberían ser incluidas desde el inicio en el diseño de las políticas.
También pueden sumar ideas y enseñanzas de otras geografías.
La apropiada articulación es crucial para resolver ciertos conflictos de nuestras sociedades.
La sociedad argentina ha manifestado fuertes preferencias a favor de la intervención estatal en diversos mercados. El ejemplo de Solano muestra que el crecimiento también requiere de las inversiones y el esfuerzo privado.
Un desafío de la Argentina y de la región será saber encontrar este balance.
La competitividad de las naciones
Andrés Velasco Brañes
En América latina lo más importante para volvernos menos pobres o más ricos. es tener un estado anímico aceptable.
Subieron los precios de las materias primas y entonces descubrimos que se puede.
Uno de los problemas de la región es que son los precios los que sustentan los patrones anímicos y de crecimiento.
En un período largo de tiempo (1960-2005), la productividad relativa en relación a los Estados Unidos ha sido bastante mala.
Solamente Chile redujo la diferencia un magro 19% y el resto de la región quedó en negativo, como la Argentina, cuya brecha se agrandó 30%.
El peso relativo de la región en el comercio mundial no ha variado nada. Latinoamérica pesaba 4% y ahora apenas un poquito más. Los países asiáticos arrancaron igual y hoy tienen 25% de participación.
¿Por qué la región tiene tantos problemas para hacerse más rica?
En equilibrio se tiende a producir poco y el desarrollo requiere que haya cierto grado de certeza, coordinación entre privados, pero también articulación pública-privada.
¿Por qué no hacemos más políticas de innovación?
En primer término, porque la innovación siempre pelea por dinero y hay una resistencia tremenda de los políticos. Hay, además, prejuicios ideológicos que generan un punto de partida renuente.
La economía política es también difícil porque el horizonte de la planificación es largo y el que tiene la política es demasiado corto.
Tampoco se puede decir lo que es habitual en el mundo de los negocios, que a alguno le irá mal, ya que eso es incomprensible para los políticos.
La gran pregunta es cómo estructurar la articulación pública-privada si la línea divisoria entre colaboración y lobby es tan estrecha.
Lamentablemente, nuestros estados no están preparados.
Sin embargo, algunos pudieron hacerlo. Entre 1975 y 2009, Irlanda cambió su canasta exportadora. En Singapur, la historia es casi la misma.
En ambos lugares, sí se han comprendido y se permiten las políticas de innovación.
En Chile y con dinero del sector privado, la Fundación Chile identifica nuevos productos en los que el país ha puesto capital innovador, agrupa empresas, baja costos individuales y ayuda.
Hay también subsidios de 35% e incentivos tributarios a la investigación y colaboración con universidades.
Como a nivel nacional es difícil sentar a los actores para que colaboren, se trabaja con agencias regionales de desarrollo e innovación, ya que la situación productiva de las regiones es homogénea, aunque no con el país.
Ricardo Hausmann
No creo en que para crecer los países deben especializarse, acumular años de escolaridad, innovar y agregar valor a sus materias primas, como indica la sabiduría convencional.
Al lado de un esquimal, un hombre moderno es un perfecto inútil: no sabe cazar, construir su vivienda o autoabastecer sus necesidades. Sin embargo, tiene muchos más conocimientos adquiridos.
El secreto del conocimiento es el aumento del conocimiento productivo. No es que los hombres sabemos más, sino que el conocimiento está distribuido entre más gente.
Una forma de medir cuánto conocimiento tiene cada país consiste en asumir que los productos se hacen con “personbytes” (capacidades) y que algunos países requieren muchos más por la diversificación de su producción de bienes sofisticados.
Los países que hacen pocas cosas, hacen cosas que todo el mundo hace. Los más desarrollados son los que inventaron cosas que los demás no hacen.
La Argentina, a pesar de que tener recursos naturales como Canadá, hace menos productos sofisticados y no exporta aviones ni Blackberries como ese país. En Chile, mi país, suelo hacer un chiste diciendo que es igualito a California, sólo que sin Silicon Valley ni Hollywood.
Los “personbytes” explican la riqueza de las naciones y también permiten proyectar el crecimiento futuro del ingreso per capita. En el caso de la Argentina se puede estimar en el orden de 3% en los próximos 10 años.
Los países ricos se diversifican y hacen de todo, aunque la especialización se da a nivel individual (como ocurre con los hospitales y sus médicos, respectivamente). El secreto está entonces en la diversidad del conocimiento y no en los años de escolaridad para aprender lo mismo que los otros.
Para los países de ingresos medios, el secreto no es la invención sino la imitación, como lo hizo Japón durante muchos años hasta alcanzar su desarrollo.
Lo de agregar valor a las materias primas es una verdad de patas cortas, porque nada impide traer materias primas desde otros lugares o diversificarse hacia otros rubros.
Finlandia, por ejemplo, tiene ventajas comparativas con la exportación de madera, muebles y papel. Pero se volvieron buenos en el desarrollo de máquinas de cortar (no sólo madera); luego con la automatización de procesos y así llegaron a Nokia. No es que le agregaron valor a la madera, sino que expandieron el set de capacidades del país.
Roberto Lavagna
Hay dos cosas que la sociedad argentina ha ido aceptando: no alejarse de la globalización, ni entrar de manera ingenua y pasiva.
Las principales fuentes de ganancia de competitividad de los países son básicamente cuatro: 1) bajos salarios; 2) grandes escalas de producción; 3) gran diversidad de productos y 4) capacidad de moverse en la frontera de la innovación científica y tecnológica.
China tiene las cuatro fuentes. La Argentina no, bajo el supuesto de condiciones económicas e institucionales normales.
La Argentina no tiene bajos salarios y quien crea que esa debería ser la estrategia comete un error: con 40 millones de habitantes, no es comparable con los 1.400 millones de China o los 200 millones de Brasil. Los sistemas sociales y previsionales tampoco.
En cuanto a grandes escalas de producción, se encuentra en una situación intermedia, excepto en el sector agropecuario donde debe aprovecharla al máximo.
Donde la Argentina tiene un enorme potencial es en la diversificación de productos y la posibilidad de avanzar en una “marca país”. Ahí entra una infinidad de bienes y servicios (desde dulces de Bariloche a software diseñado en Buenos Aires o Córdoba) y una enorme tarea de coordinación entre el sector público y el sector privado.
En ciencia y tecnología hay algunos “bolsones” extremadamente interesantes (energía y medicina nuclear, biotecnología, industria aeroespacial) que la destacan en el mundo. En todo caso, aquí el problema es la generación de oferta de profesionales.
Antes decíamos que estos pronósticos suponen condiciones económicas normales, pero también ello debe ocurrir en lo institucional.
No voy a hablar de seguridad jurídica, pero sí que la seguridad en la vida de las personas es fundamental. La percepción de este deterioro es aún mayor, si se tienen en cuenta las mejores condiciones previas que exhibía la Argentina en el marco regional.
El orden público también es clave, porque su ruptura genera enormes pérdidas de productividad y el efecto de los cortes de rutas o calles puede ser superior al de tomas de fábricas.
Hay que prestar atención además a la pérdida de cultura del trabajo. No tanto por los demandantes sino por los oferentes y sus derivaciones de clientelismo político y redes difíciles de desarmar.
Y lo mismo ocurre con el crimen organizado: el caso de México (que años atrás seguramente no preveía su actual situación) debe servir de ejemplo para darse cuenta de que puede salirse de control.
En cuanto al aspecto macroeconómico, es fundamental recuperar el superávit fiscal. No sólo por la posibilidad de tener fondos anticíclicos, sino para sacar al Estado del mercado de toma de créditos, donde eleva la tasa de interés; recuperar la capacidad de intervenir en el mercado cambiario sin ir al Banco Central y seguir avanzando en el desendeudamiento público.
El tipo de cambio no resuelve todos los problemas, ni cuando está muy bajo ni cuando está muy alto. La clave es advertir que el retraso sistemático hizo perder años de crecimiento.
El consumo fue un residuo en la economía y sin embargo es una variable central. Sin embargo, debe incluir condiciones que impulsen y no desplacen la inversión y que tengan equidad en términos sociales.
En resumen, la Argentina tiene un fenomenal potencial económico y ha dado muestras de su capacidad de reacción y respuesta, como ocurrió en la crisis de 2001/2002 aún en contra de las expectativas.
La cuestión de género en relación a la competitividad de las empresas y las naciones
Ricardo Hausmann
La competitividad se basa en usar todos los recursos de la forma más productiva y las mujeres representan una parte creciente del talento productivo del mundo.
Las mujeres argentinas son más educadas que los hombres, en los niveles secundario, universitario y profesional y cerraron la brecha educativa con los hombres en 1946.
Es decir que son en América latina las más educadas y las que antes alcanzaron a los hombres y éste es un fenómeno que sigue.
Sin embargo, este excepcionalismo argentino no se observa en el mercado laboral donde la mujer participa sorprendentemente poco, debido al matrimonio y más a la maternidad.
En cuanto a la amplia brecha de participación laboral en su contra, ésta se está cerrando a un ritmo intermedio del orden de 10% por década.
También hay una brecha importante entre casadas y solteras y allí las casadas participan 20% menos que las solteras.
En tanto, las mujeres con hijos trabajan poco y esta brecha no se está cerrando.
En relación al mercado del matrimonio en la Argentina, las mujeres educadas se casan menos que los hombres educados.
Cuando se casan, 35% lo hacen con hombres menos educados que ellas y cuando pasa eso trabajan más.
Los hombres que se casan con mujeres más educadas que ellos ganan 34% más que otros hombres similares.
Se puede interpretar que las mujeres más educadas tienden a vivir menos en pareja y que las que viven solas trabajan más que las que se casan.
Las mujeres educadas tienen pocos hijos, ya que las que los tienen trabajan menos o dejan de trabajar mucho más que en otros países.
Se puede sacar como conclusión que existen dificultades en hacer compatible el trabajo con el matrimonio y la maternidad.
Una investigación efectuada sobre dos empresas, una latinoamericana y otra global (24 países); una en el sector financiero y la otra, un bufete de abogados y ambas comprometidas con la igualdad de género indicó que ambas contratan más mujeres que hombres, pero como también pierden más mujeres que hombres, tienen más de 85 por ciento de las posiciones de liderazgo en manos masculinas.
La pregunta es si se trata de un problema de oferta o de demanda. Si el problema es originado por discriminación, esto podría solucionarse, pero si el problema es que faltan mujeres porque cortan su carrera profesional por razones familiares, esto no resuelve el problema.
Entonces, la solución pasa por hacer que el trabajo y la familia sean compatibles.
Lidia Heller
Es un momento para celebrar porque se sabe cada vez más sobre el tema.
La inserción de las mujeres al mercado laboral fue la revolución social silenciosa más exitosa del siglo XX.
Las buenas noticias son que 40 millones de mujeres entraron en el mercado laboral entre 1990 a 2008; que la población crece y vive más; que hay más cantidad de mujeres más educadas que los varones y que controlan 65% de las compras.
Una de cada cuatro compañías con más mujeres en su Directorio, frente al 25% de empresas con menor presencia femenina tienen una rentabilidad entre 40% y 65% superior.
En lo internacional, menos de 5% de los CEO’s de las empresas más grandes son mujeres (World Economic Forum, 2010).
De las empresas Fortune 500, sólo 13 tienen un presidente mujer.
A mayor nivel organizacional, hay mayor discriminación para su ascenso (OIT).
En América latina, menos de 14% de puestos en juntas administrativas de las 500 empresas más grandes, están ocupados por mujeres.
De 32 asientos en los Consejos de Administración de empresas petroleras estatales (Petrobras, Pemex y Pdvsa) sólo dos los ocupan mujeres.
Colombia es el país con la mayor proporción de mujeres en posiciones de dirección de los países estudiados y sigue teniendo altos índices de proporción de mujeres en la dirección.
A medida que se asciende en la pirámide las mujeres se van desgranando.
Entre las desigualdades de género se pueden mencionar: las tensiones entre la vida laboral y la personal; la falta de políticas flexibles y de apoyo para conciliar la vida familiar y profesional; los estereotipos sobre el desarrollo profesional, estándares de éxito; la desigual valoración de actividades; la falta de modelos de mujeres, mentoras oportunidades de formación de redes; las micro desigualdades y sutilezas y los modelos mentales sobre los roles de las mujeres en el mundo público.
En América latina, decrece de manera significativa la proporción de hogares con un único proveedor (varón).
En tanto, los hogares con dos proveedores aumentaron de 36% en 1994 a casi 50%, en 2005.
En la Argentina, se incrementó la tasa de actividad en las mujeres de 43% en 2000 a 48% en 2007.
También disminuyó la tasa de nupcialidad; hay más hogares, pero de menor dimensión; el aumento de familias mono-parentales; la disminución de la tasa de natalidad; el aumento de hogares con dos proveedores de ingresos y la alta y la constante participación laboral entre las madres con estudios superiores completos.
En la Argentina, éste es el perfil de la mujer directiva: edad promedio, 48 años, casadas y con hijos. Posee altas credenciales educativas (MBA, post grados en el exterior) y en general su carrera es management o ingeniería.
Cubre más de 55 horas semanales de trabajo y por eso el apoyo doméstico es fundamental para el avance de sus carreras. Aporta más de 50% al presupuesto familiar.
Tiene altas ambiciones de poder, mantiene el control activo de su carrera y no reconoce la discriminación.
La principal barrera que se identifica en Latinoamérica es el balance entre la vida personal y familiar.
Las mujeres tienen alto interés por el poder (68%) y como la razón más valedera (48%) la satisfacción personal.
¿Qué le aportan las mujeres a las empresas? La importancia a los vínculos afectivos; no consideran la empresa como un gran juego, ya que ven la gran película y captan lo esencial del trabajo en equipo.
Las mujeres tienen las condiciones para ejercer el liderazgo global: flexibilidad, intuición, adaptación y liderazgo en función de responsabilidad y no sólo de autoridad.
Soledad Echagüe
El tema de las mujeres en la empresa donde actúo está presente en la agenda, aunque consiento en que hay un largo camino por recorrer.
Tenemos que trabajar en la inserción de la mujer en puestos de liderazgo.
En Dow Argentina se estableció una red de mujeres para promover políticas corporativas de inclusión.
Cuando arrancamos lo hacemos con menos cinco y por eso se ve a muchas mujeres muy recias y encorsetadas.
Hace 20 años, el liderazgo femenino estaba marcado por una mujer-masculina. Luego, empezó a suavizar esos caracteres, porque si no la lectura es que somos agresivas.
Tratemos de luchar contra esta cuestión cultural.
Las transferencias de mujeres al exterior son un problema porque es muy difícil que el hombre las acompañe y por eso, tratamos de hacer que se queden en el país.
Sandra Yachelini
Nuestra visión es lograr el máximo potencial de las personas. En Microsoft, tenemos una mirada global y generamos actividades con el objetivo que en cada sector las mujeres tengan una representación.
No siento que haya tenido que adoptar una personalidad más masculina o más femenina. No puedo decir que haya tenido que resignar cómo soy yo.
Lo común es que la mujer no sea la más políticamente correcta de la organización.
Tenemos iniciativas en la empresa y una de ellas es la del trabajo flexible, a pesar de que hay grandes dificultades para que se entienda este cambio cultural.
En la industria de la tecnología no se trabaja por horarios, sino por objetivos. Es algo que todas las organizaciones deberían empezar a incorporar, aunque reconozco que en otros sectores hay problemas al respecto.
Panel de gobernadores electos. Argentina en el mundo: reflexiones para la próxima década
Antonio Bonfatti
Santa Fe es una provincia con regiones y producciones disímiles, donde predomina la agroindustrial. Y tiene algo de lo que nos enorgullecemos: un Plan Estratégico de largo plazo, elaborado a lo largo de 55 asambleas. Hoy existen 254 proyectos, de los cuales 197 son para regiones y 57 para toda la provincia.
La Región Centro tiene sus vaivenes: tenemos proyectos comunes que funcionan muy bien a nivel empresario y universitario, pero mal desde el impulso político.
Tenemos que abandonar el sistema en el que las decisiones se toman en Buenos Aires.
Desde 1994 nos debemos una nueva Ley de Coparticipación Federal de impuestos. Hay vuelos de una compañía privada de Rosario al exterior que se mantienen por amparo judicial y lo que nos ofrecen es que Aerolíneas Argentinas vuele de Rosario a Ezeiza, para que de ahí los rosarinos puedan viajar al exterior. También la Nación nos adeuda 8.000 millones de pesos por aportes de coparticipación al sistema jubilatorio, que se encuentra a decisión de la Corte Suprema de Justicia.
A nivel nacional, debemos mejorar la calidad institucional de la política y la transparencia de la gestión.
Hay que recuperar la seguridad jurídica: cuando se modificó el tope de peso de los novillos para faena (de 480 a 230 kg.), perdimos un millón de vientres y un tercio de la industria frigorífica instalada en la provincia.
En materia educativa, el problema no pasa tanto por los planes de estudio sino por el involucramiento de los docentes. No por la currícula, sino por la actitud y el compromiso. Lo que tenemos que cambiar son los valores.
El problema de la inseguridad no se resuelve con más policías, sino trabajando en el acceso a la propiedad de la tierra y la mejora del hábitat.
Estamos trabajando en Santa Fe para que cada familia que construya su vivienda a través de cooperativas tenga un terreno, pueda elegir entre varios diseños de casa y que el Estado le ofrezca la infraestructura necesaria. Con esto se empiezan a cambiar valores y a construir ciudadanía. El hacinamiento fomenta la violencia en las grandes ciudades.
Mauricio Macri
En el mundo se están quemando muchos libros y teorías y hay variables que no dependen de la Argentina. Pero sí controlar la inflación y mejorar la productividad, para reducir incertidumbres.
Hay que bajar la inflación porque destruye la competitividad; resolver la deuda con el Club de París para facilitar inversiones y adecuar tarifas, para terminar con eso de que la energía que viene de afuera se paga más que a los productores locales.
La gente no quiere enfrentamientos, sino liderazgos nuevos y participativos. Tenemos todo para ganar. Sólo con mejorar el sistema logístico, que es uno de los más ineficientes del mundo, pueden generarse recursos para seguir creciendo.
En materia educativa, para saber dónde estamos y a dónde vamos tenemos que evaluar a los docentes y hay un rechazo sistémico, quizás por desconfianza en el sistema político. No va en contra de ellos sino a favor.
Hasta hoy no existe un trabajo compartido con la Nación y la Provincia de Buenos Aires, pese a que en la ciudad de Buenos Aires viven 3,5 millones de habitantes y todos los días se agregan otros 3,5 millones. La coordinación en materia de salud y de seguridad es indispensable.
La nueva Ley de Coparticipación se parece a la distribución de fondos para los clubes de fútbol: la suma de los pedidos da 280% y no 100%. Es inviable.
No podemos hablar de participar de un mundo globalizado, si no profundizamos la integración con Brasil que, guste o no, se ha transformado en la locomotora de la región.
No se puede excluir la minería del Norte, sin discutir antes cómo hacerla sustentable como lo hacen otros países.
Los dirigentes políticos tenemos que encontrar soluciones para la gente y no sólo mostrarle cómo nos peleamos.
Juan Manuel Urtubey
La única manera de enfrentar los riesgos económicos del mundo como los que hoy nos preocupan es garantizar competitividad a las empresas argentinas para atraer inversiones.
No se trata de hablar sólo de dos cosas: tipo de cambio y costo laboral, para ir a una agenda más ambiciosa con un Estado más presente y eficaz.
En materia de política fiscal se necesita hacer sintonía fina e ir suprimiendo impuestos distorsivos para darle más peso al impuesto a las Ganancias.
Nuestro sistema de transporte de cargas es claramente no competitivo, ya que el 70% de las cargas se transporta por camión. Debemos avanzar hacia un sistema de transporte multimodal y aprovechar las salidas al Pacífico.
En materia educativa estamos formando en el siglo XXI chicos para el siglo XIX. El sistema debe avanzar sobre patrones orientativos de calidad y es un avance ir a 190 días de clase.
Salta invierte 37% de su presupuesto en Educación, pero paradójicamente es la provincia que menos recursos puede asignar por alumno.
Por eso proponemos un Fondo de Convergencia para reducir desigualdades en materia educativa y de competitividad, así como en logística. No me interesa tener más recursos corrientes sino que quienes inviertan en la provincia tengan las mismas condiciones que en otras provincias.
La ley de Coparticipación no va a salir nunca. Todos los requisitos delegados al Congreso son incumplibles, o requieren de otra reforma constitucional. La única manera es hacer cambios sobre el margen.